viernes, 23 de octubre de 2009

La caja de Pandora


Imaginad que abrimos una caja de la que surgen la siguientes palabras:
piano, sibilante, manzana, espesa, armadura, errante, memoria, puente, musical, amarillento, escalera, ridícula, libreta, tramposa, ventana, sedosa, foto, recatada.
Escribid un relato o un poema utilizando las palabras que hemos encontrado en la caja en el orden que deséis. Por supuesto, podéis añadir las palabras que necesitéis para construir vuestra creación.


El Club Piano


Hasta donde me alcanza la memoria recuerdo el Club Piano. Estaba situado en la manzana donde vivía, en mi barrio se aglomeraban una serie de locales dedicados al mundo del espectáculo, pero a mí El Piano me parecía especial. Cada noche al acostarme oía un rumor sibilante que se iba introduciendo por la ventana de mi habitación. En aquel momento cogía una libreta especial para la ocasión y empezaba a escribir. Me trasladaba a un mundo de fantasía, donde yo era una gran estrella de un musical, mi foto anunciaba una función las noches de los miércoles. En el espectáculo lucía un largo vestido, muy elegante, incluso creía sentir la textura sedosa que cubría mi cuerpo. Mi número empezaba en un puente que se iba iluminando conforme iba avanzando, seguidamente bajaba una gran escalera y entonces ¡Comenzaba el espectáculo!
Pasaron los años y nos trasladamos a otra zona de la ciudad. Me convertí en una mujer de madura, un tanto recatada, mis fantasías quedaron encerradas bajo una armadura de realidad. Sin embargo, un miércoles al atardecer me dio un arrebato de nostalgia que me llevó hasta mi barrio, al llegar me invadió una fortísima pesadumbre. El lugar donde había crecido se había convertido en un lugar decadente, donde se aglomeraban infinidad de almas errantes, bajo una espesa niebla de abyección. En mí trasnochada barriada se podía encontrar todo tipo de trampas, con el fin de engatusar a cualquier pobre miserable. El Club Piano seguía en el mismo lugar, la fachada estaba desconchada y amarillenta, bajo algunas letras del cartel “El Piano” que seguían iluminadas.Me sentí abatida, ridícula, en medio de toda aquella decadencia.

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